Sección mobiliario

¿Tienen programado viajar al exterior? ¿Recibieron una herencia? ¿Refaccionan la casa? ¿Cambian el mobiliario? ¡Que sea con suerte! Hay gente, para quienes vuestros muebles, aunque fueran viejos, es más de lo que se animan a soñar. Una buena cama, una mesada para hacer los deberes. Un armario para la cocina. Cada objeto puede mejorar la calidad de vida de algún niño o alguna familia desamparada.

¡Es increíble cómo un mueble puede transformar el ambiente en una casa! Puede nublar un poco la pobreza y la indigencia. Puede aminorar la vergüenza del niño a invitar amigos a su casa. Puede aportar al orden, la limpieza y la mejor organización del hogar.

Un mobiliario nuevo y moderno es algo más allá de las posibilidades de muchas amas de casa. Hay para quienes también resulta imposible conseguir incluso muebles de segunda mano. Yad Eliezer se propuso hacer de enlace entre familias generosas que tienen algún mueble de más, y familias necesitadas, que cualquier objeto puede elevarles la calidad de vida.

La demanda de muebles es enorme: camas para bebés, mesas para que los niños hagan sus deberes, armarios para ropa y para cocina, sillas, sofás… es increíble la inmensidad de la carencia.

Donación 

Más de 50 llamados telefónicos de gente que desea donar muebles, se reciben semanalmente en las oficinas de Yad Eliezer. Por lo general, se reciben paralelamente, llamados con pedidos en un lapso menor al de una semana. En un principio, Yad Eliezer también se ocupaba del traslado de los muebles desde la casa del donante al domicilio del beneficiario, pero el control estricto de los gastos de la entidad, señaló que éste proceso no resulta conveniente. Por lo tanto, hoy en día, Yad Eliezer simplemente hace de intermediario para enlazar entre el donante y el necesitado.

La gente de Yad Eliezer tiene un gran sueño. Sueñan con depositar todas las donaciones en un enorme galpón, y ocupar allí a jóvenes que viven períodos conflictivos. La idea es que los mismos se dediquen a restaurar, arreglar y renovar los muebles. De tal modo, los donantes no deberán esperar con los muebles en sus casas y paralelamente, los beneficiados recibirán un mueble lindo, en excelente estado, como nuevo. También los jóvenes tendrán una ocupación que los desafiará a cumplir con un objetivo, y consecuentemente la satisfacción de haberlo hecho realidad, en lugar de pasarse interminables horas de ocio, sentados en las esquinas de las calles. Restaurar muebles es un trabajo físico conjugado con un planeamiento mental que les proporcionará gran bienestar. Hoy en día, Yad Eliezer no puede canalizar el presupuesto necesario para abrir y mantener dicho galpón. Quién sabe, quizás llegue el día en que el sueño se convierta en realidad.

Dona

La gente de Yad Eliezer tiene un gran sueño. Sueñan con depositar todas las donaciones en un enorme galpón, y ocupar allí a jóvenes que viven períodos conflictivos. La idea es que los mismos se dediquen a restaurar, arreglar y renovar los muebles.