Remanentes de producción agrícola – Donación de alimentos

Desde hace un tiempo a esta parte que los precios de las verduras básicas han trepado al record de los precios máximos. Muchas familias deben renunciar a los valores nutricionales de la comida sana que debería ser parte fundamental en la alimentación familiar. Yad Eliezer encontró una solución muy creativa a este problema, al aprovechar los remanentes de la producción agrícola destinada al desperdicio. En lugar de estropearla, la misma es repartida entre muchas familias a un precio mínimo.

Donación de alimentos

Israel, como cualquier país que vela por la Asistencia Social, se preocupa por sus ciudadanos. Como parte del plan de beneficencia para con los agricultores, se compromete a mantener el equilibrio en el mercado agrícola. Se evita el aluvión de determinado producto, lo que provocaría la baja del precio y el desmoronamiento de los agricultores. Por lo tanto, el Gobierno compra los remanentes de la producción a los campos para evitar que llegue esa mercadería, al mercado libre.
Si los costos de traslado y frigorífico no fueran tan elevados, el Gobierno almacenaría en depósitos toda esa producción, para ir liberándola al mercado paulatinamente, en épocas posteriores. Mas, por motivos netamente económicos y por falta de organización apropiada, el Gobierno destruye centenares de toneladas de remanentes de producción agrícola.
Yad Eliezer recibe la información a través de agricultores voluntarios, respecto a producción destinada al desperdicio. Inmediatamente se despachan camiones que en un plan relámpago, recogen todas las frutas y verduras y las distribuyen en 14 centros, diseminados por todo el país. El traslado y el mantenimiento de los camiones, resulta realmente costoso, mas, estudios realizados demuestran que el costo se justifica en relación a la mercadería que se recibe a cambio. Una canasta de frutas y verduras adquirida en el mercado mayorista central, es cientos de veces más caro que lo mismos productos adquiridos de remanentes de producción. Hoy en día, Yad Eliezer reparte toneladas de frutas y verduras a casi 5.500 familias cada mes.
Si ustedes quieren ver simple alegría en su máximo esplendor, están invitados a observar el momento de la distribución de la mercadería. Observen los ojos de las madres que llenan sus bolsos con frutas y verduras en abundancia para llevar a sus hijos. Vean la preocupación de los padres que cargan enormes bolsas de papas y zanahorias para sorprender a su familia con productos sanos y nutritivos. ¡Cuánta luz en los ojos, cuánta alegría en los corazones! Solo presenciar eso, es suficiente para justificar todo el esfuerzo.

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